FRAPOM: A 12 AÑOS DE LA CAÍDA DEL IMPERIO
No me pidan poemas de amor
Cuando quiero cantar la verdad
Es la vida la que hay que enfrentar
Yo no puedo esconderla en la flor
(Esconderse en la flor)
Alí Primera
Hace poco, la humanidad entró en total deuda con el planeta tierra porque se agotó la capacidad de éste de asimilar la contaminación producida por el capitalismo durante estos últimos dos siglos. Sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo veinte. Eso quiere decir que llegamos al límite del equilibrio y que cualquier basura que caiga al suelo sumará, irreversiblemente, más peso a la destrucción de la humanidad. Es lamentable, entonces, que la conciencia de millones se haya hipotecado a la propaganda del falso desarrollo de un sistema que es verdugo de los pueblos y la vida sana de la gente. Así que, optar por la lucha revolucionaria es una gran necesidad y si esta lucha se hace a través del arte, mucho mejor. En tal caso, la memoria es la aliada de ocasión para recordar aquél día en que un grupo de jóvenes se atrevió a desalojar la desidia, el abandono, la podredumbre de un inmueble que formaba parte del engorde citadino de los dueños del dinero para, con seguridad, erigir otro lucrativo negocio tras el derrumbe o acondicionamiento de sus paredes y pisos. De ese modo, nace FRAPOM un tres de noviembre del año dos mil cinco.
El Frente Revolucionario Artístico Patria O Muerte, por lo tanto, levanta las banderas del arte insurgente, del arte transformador que busca despertar a ese componente social adormecido, anestesiado por la contracultura neoliberal que condiciona al ser humano a aceptar la explotación como mandato divino, a contemplar el arrase de la biósfera como un fenómeno inevitable y a no reaccionar ante sus consecuencias o, lo que es peor, a sumarse a la legión de sus verdugos por desclasamiento. En su arribo a los doce años de existencia, desde la caída del (Cine) Imperio hasta hoy, FRAPOM ha venido creciendo como organización; avanzando en materia política, ideológica, estética. El aprendizaje, desde la práctica planificada, ha sido muy significativo porque nada se hace fuera del marco de la discusión y las decisiones colectivas en la máxima instancia de poder popular que la rige: la plenaria con carácter asambleario.
La siembra de Frapom se manifiesta en la consolidación de Los Lunáticos, agrupación que lo precedió con más de dieciocho años de existencia; la academia de teatro Par – Arte; el grupo juvenil LunaTeatro; el Ensamble Teatral “José Ignacio Cabrujas”; la Banda Frapom; el Dúo Insurgente, entre muchas otras iniciativas surgidas de su incesante dinámica. Además, Frapom forma parte de la Plataforma Socialista Golpe de Timón, organización con presencia nacional; vinculado también, indisolublemente, al Movimiento Feminista Popular, al cual pertenecen varias de sus militantes, al CENDIS, a la Red Nacional de Teatro y Circo y a las Redes de Producción Agroecológicas, con las cuales se articula, permanentemente, pues, el agro es sustento material del artista, en cuya fusión se complementan dos alimentos: el del cuerpo y el del alma. En su seno, hay creadoras y creadores de distintas expresiones de arte: el teatro, la música, la danza, las artes audiovisuales, la literatura, las artes plásticas, el circo, quienes cumplen con cinco principios básicos que definen la naturaleza de la organización: a) creación; b) producción; c) formación; d) difusión; e) intercambio. Todo cuanto surja del trabajo colectivo tiene su destino en el provecho social dentro de las comunidades.
En tal sentido, hacer revolución es convivir y hacer presencia en predios del pueblo, asumiendo responsabilidades y tareas específicas a través del arte como acción social transformadora. Frapom no cree ni fomenta el estrellato, no forma a artistas para que se regodeen en el ego de ser objetos de uso por parte de los aparatos de dominación cultural del poder financiero. Aquí, los artistas se asumen trabajadores y defienden e impulsan una causa mediante la concepción de ser sujetos de transformación: la construcción del socialismo bolivariano y chavista. Los resultados pueden ser desde los más sencillos hasta los más exigentes, pero, siempre, tendrán el sello del compromiso de vencer al capitalismo en cualquiera de sus manifestaciones. De ahí, que hayan nacido los Núcleos de Formación del Artista Integral Comunitario (AICO) como respuesta a una necesidad del pueblo y para garantizar la generación de relevo, contribuyendo, en un futuro mediato, a que sean las mismas comunidades las que fomenten sus propios quehaceres culturales y tengan sus artistas con principios solidarios dentro de sus áreas de influencia.
Son hechos públicos y notorios los logros de Frapom. Un poema de María Alejandra Rendón, por ejemplo, dará cuenta de una voz que se planta frente a la lucha de la mujer por una sociedad justa y de paridad de géneros; una canción de Danilo González, Jhoham Gil, Humberto Millán expresa en letra y música una réplica del contenido del plan mínimo de lucha de la organización; una obra de teatro escrita o dirigida por Josmary Manrique, Guillermo Vizcaya, William Urdaneta sostiene una línea discursiva irreverente, contestataria, crítica de esta sociedad enferma e injusta (y víctima, a su vez, del sistema que la genera); una interpretación histriónica de María Alejandra González (Mariale); Frileyda Martínez, Luis Mendoza, Free Marcano, Leomar Torres, Daniela Beiza, Abril Vizcaya, Yetzy Torres tiene la fuerza de la palabra encendida y el gesto vivo de quienes, desde la escena, tocan emociones y juicios razonables del espectador que se para de la butaca con un insumo de conciencia para la reflexión; un espectáculo de pantomimas de Felix Laguna revela la esencia del carácter inclusivo de un grupo que nació para la refriega permanente de arrebatarle a la muerte a jóvenes socialmente vulnerables; los versos de Cheo Vizcaya conjugan llano y ciudad con el pulso de aquél que ha nacido y se ha paseado a sus anchas por sus caminos; el cuatro, el violín y el contrabajo, en las manos de Nelson González, José Antonio Herrera y Eddy Díaz, respectivamente, alcanzan dimensiones sonoras fuera de lo imaginable. La mística de trabajo es una característica fundamental del colectivo. Lo demuestran también, en su entrega diaria, María Daniela Rendón, Carmen Victoria Núñez, Laura Franco, Joaquín Escalante, María Laura Rendón, Carlos Pérez, Rosa Quilarte, Javier Silva, Mario Martínez, Juha Arellano, Juan Carlos Valladares, José Pérez y, aunque sea por autonombramiento, quien esto escribe.
La sede de Frapom ha resistido inviernos, veranos, tempestades, a pesar de la precariedad de su techo y el tiempo de haberse construido, pero, no se cae porque el calor humano que recibe empuja de abajo hacia arriba, de adentro hacia afuera una fuerza colectiva que la mantiene en pie para que en su interior puedan nacer proyectos como LunaTeatro (ya consolidado), puedan darse talleres y ensayos de teatro y música, puedan mantenerse prácticas de danza, circo y artes marciales, puedan sostenerse reuniones y encuentros de trabajadores de diferentes gremios y activistas de distintas disciplinas, pueda manifestarse el arte ante el público permanentemente. Sus integrantes también han soportado la intemperie de los insultos, señalamientos, odios gratuitos, ataques en lo moral (y hasta en lo físico) por parte de quienes creen o sienten que la constancia y calidad del trabajo ajeno repuja sus flojeras y mediocridades. Ante eso, la respuesta ha sido y será siempre el avance indetenible por la senda de la Revolución Bolivariana en consonancia con la brújula dejada por el Comandante Hugo Chávez en el Plan de la Patria y en ese otro maravilloso documento llamado Golpe de Timón, porque la Política es elemento esencial del artista arraigado en las ideas transformadoras del mundo. Pasarán muchas lunas y Frapom seguirá siendo ese faro que destaca las figuras que el oscurantismo culturoso quisiera ocultar. Como testimonio, que vuelva a hablar Alí Primera cuando dice “El niño que amamanta/ En las tetas resecas/ De la madre del tiempo/ Con canciones de lucha/ Quiero verlo crecer/ Con canciones de lucha/ Con canciones de pan/ Y por menos sufrir/ Le cantaré a los hombres/ Con guitarra y fusil”. ¡Viva Frapom en su docena anual de lucha y construcción!
Oswaldo Blanco
@blancoswal
San Diego; 3 de noviembre de 2017