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FRAPOM (Frente Revolucionario Artístico Patria o Muerte)

La Institucionalidad y el Poder Popular (William Urdaneta Salguero)

La Institucionalidad y el Poder Popular (William Urdaneta Salguero)

Semántica y conceptualmente la palabra institucionalidad está reñida con el poder popular, es una palabra en contención absoluta con el poder soberano del pueblo, con la revolución del pueblo organizado.

En Venezuela la palabra institucionalidad está atada al ominoso pasado de la cuarta república; inscribiéndose, ¨ En La piedra miliar en los fastos de la república¨ (como dijera Rómulo en aquel tiempo) el 23 de  enero de 1961, tiempo en que se promulgó la constitución Número 26 de la vida republicana, momento en que nace la ´´´institure´´ de derecho imperio del estado sobre la nación, jactándose del nuevo orden establecido sobre la ficción legal; es aquí, cuando el Derecho cumple su función ideológica indulgente con el modelo liberal de estado burgués; y es que la ficción del derecho positivo no es otra cosa, que una distorsión de la realidad que se establece como cosa dada e inmodificable a través de ingeniosos aforismos condicionado por un sistema coactivo que se impone; Racionalismo normativo puro, racionalismo metafísico en su mejor expresión, herencia conceptual del siglo XVIII, acostumbrada de ver los fenómenos como sucesos y no como procesos.  

El  liberalismo en un contexto capitalista, donde los derechos humanos son derechos de la burguesía, resulta según Marx, en este sentido, insuficiente respecto a los derechos y libertades  de los hombres no propietarios. A nombre de la Institucionalidad, la cuarta república, ilegalizó al partido comunista, reprimió, mató, desapareció y ejerció a través de sus órganos represivos, el miedo, la paz aparente, la calma chicha, el pueblo estragado de tanta armonía aparente y de tantos inocentes, crédulos de esa paz…´´Aquí todo está bien´´, ´´aquí no pasa nada´´. A nombre de la institucionalidad Carlos Andrés Pérez masacró al pueblo en el caracazo. Nacía pues, en el año 61 la cuarta república y con ella la institución, el imperio de la ley, lex et lex, monstruo soberano por encima del pueblo, la ley de leyes, ´´la norma que consagra la piedra angular del orden político superior´´ (palabras de Rafael Caldera en aquel momento) reduciendo al ciudadano a masas sin participación, solo el ejercicio del   voto cada cinco años, en una menipea electoral donde los partidos del status, los partidos ´´Institucionales´´  acción democrática y copei se turnaban el poder; en obsequio al pacto institucional inscrito en aquella vieja casa veraniega de Caldera en los Caracas, llamada Punto fijo (que vaina le echaron a este hermoso pueblo). Metáfora macabra esta, dejar en un punto inamovible, ni siquiera al año de la vigencia en 1961; sino al modelo de estado surgido en el siglo dieciocho. Esto es lo nuevo de Capriles y de los trasnochados que sueñan a volver como antes. Masas obedientes al orden supremo, al respeto del estado de derecho y al régimen representativo, acoplando a la ´´instituta´´ un modelo de comportamiento social, aceptado y reforzado por la autoridad de la ley y los medios tradicionales de comunicación de ´´masas´´ que se transformaron en vectores ideológicos de los partidos del estatus y de la defensa de un sistema que a ex profeso ínsita al conformismo, a la pasividad regresiva, a la falsa figuración de la realidad o la verdadera figuración de la mentira, de una realidad acientífica y acrítica.

Hay que  replantearnos el derecho dentro de una legalidad socialista y diferenciar las formas jurídicas de dominio de la clase proletaria y las formas jurídicas del dominio de la clase burguesa.

El derecho y la legalidad no serán refugio de la ideología burguesa, sí y solo sí, el reagrupamiento de las masas populares conlleve al surgimiento del estado comunal. Por esta razón ó hay poder popular o hay institucionalidad, ambas son excluyente a mi parecer. El poder popular no se puede institucionalizar, porque la institucionalización es un proceso por el cual se disocia a los individuos que la ejercen y se incorporan al estado burgués

William Urdaneta Salguero

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