EL WINSTON VALLENILLISMO ¿UNA NUEVA CORRIENTE POLÍTICA?
Al desarrollar esta idea, es necesario dejar claro, que la discusión de los militantes sobre la presentación de algunos candidatos a Alcaldías, no es un tema de “gusto” positivo o negativo hacia el que hubiera decidido la dirección nacional del PSUV y sus partidos aliados. Se trata de un asunto mucho más serio, y es el de las motivaciones que se expresan para haberlos escogido y la posible subestimación de las bases del partido al momento de explicar su escogencia.
Por ejemplo: Decir que el Potro Álvarez o Magglio Ordoñez son deportistas, es algo fácil de explicar. Ellos dos practican, y con muy altos estándares, un deporte que está catalogado internacionalmente como tal; entonces, es fácil. Pero, decir que el animador de la guerra de los sexos, un programa estupidizante de la industria del entretenimiento capitalista más agresiva del país: Venevisión, es un ARTISTA, resulta un poco más complejo además de atrevido. ¿Lo escogieron? Perfecto, preséntenlo como un aliado de la revolución, que viene de la industria del entretenimiento y que quiere aportar una organización de trabajadores de la televisión que son afectos al chavismo y que aspira ser Alcalde de Baruta con apoyo del PSUV. Pero no insulten a la militancia diciendo que es un joven revolucionario y artista que ha dado aportes al desarrollo de la cultura en el país y por eso merece ser un Alcalde del partido. Ser artista implica producir un arte, no otra cosa.
Cuando digo “producir arte”, no me refiero solamente a los pintores, músicos, poetas, actores, payasos saltimbanquis, bailarines, lutier, escenógrafos, cineastas, maquillistas y demás trabajadores del arte. También podemos llamar artista, a aquel que domina un oficio: un albañil, un carpintero, un arquitecto, un mecánico, un artesano, un ebanista, también pueden convertir su oficio en una obra de arte, pues lo que le da tal categoría, es el hecho creador o creativo en sí y el transformar positivamente el entorno a través de esa creación que puede conducir a la reflexión o al goce estético, según la tendencia política del artista que la produzca. Ahora, el entretenimiento por sí solo; es decir, animar eficientemente una yincana (la guerra de los sexos) cantar los números ganadores del kino o vender publicidad, es un trabajo, mas no es un arte, ni mucho menos un aporte a la revolución o a la cultura.
Gracias a Chávez, el pueblo pasó de sentirse habitante, a sentirse ciudadano. Ya nuestra militancia, no está al nivel de la militancia de la cuarta república acción que elegía a cualquier candidato sin conocerlo a él o a su propuesta, limitando su participación política a identificar el logo de AD o COPEI en el tarjetón y rellenar el óvalo aunque no supiera escribir ni leer. Ya no estamos en la época en que la gente de pueblos distantes a la capital, no tenía cédula, pero tenía el carnet del partido, estamos en otros tiempos. El de la democracia participativa y protagónica, con niveles muy distintos de participación política.
Elevo la reflexión en torno a una novedosa forma de hacer política post Chávez que pretende instaurarse dentro del proceso político que vivimos. Me atrevo a llamar a esta tendencia Winston Vallenillismo (W.V), pero que llegará algún sociólogo que le ponga un nombre más inteligente. El Winston Vallenillismo es la ausencia de discusión y debate político con la excusa de que “el pueblo lo que quiere son soluciones, que le recojan la basura y le tapen los huecos”. Esta sencilla frase es una bomba de tiempo que propone nada menos que la democracia representativa donde un “yo-dirigente” o un “yo-dirección de partido” sabe lo que el pueblo necesita y ordena que se le delegue el poder para ejecutar en su nombre las soluciones a los problemas; es decir, un retroceso de democracia participativa, a democracia social cristiana. Dentro de este escenario, el Winston Vallenillismo, llama contra revolucionario a cualquier persona que haga uso de su cerebro para filtrar lo que se le dice y verbalizar de manera oral o escrita una natural reacción frente a lo que ve o escucha.
Otro elemento del W.V es la nueva forma de armar un currículum político “fulano es un hijo de Chávez” “mengano es un prócer de la revolución cultural” “este otro es de la vanguardia que se incorpora a nuestras filas hoy, para que dentro de cuatro meses sea Alcalde” junto con un acuñar de nuevas máximas discursivas: “no importa de qué estrato social vengas, todos somos pueblo” “yo nunca he estado en la revolución pero pido la oportunidad de que me hagan candidato”; en fin, puros eufemismos para no decir la frase verdadera “este es el candidato porque a nosotros nos da la gana”. Así, a quemarropa se imponen esas frases que más que palabras son indicadores de lo que hay en la cabeza de quienes las dicen.
Eso se está volviendo una tendencia integrada por factores de derecha de reciente incorporación, y, gente del chavismo light que ahora se volvió un chavismo “deschavizado”. Con la misma naturalidad que se nos vende leche deslactosada (que según los vendedores es un lácteo pero que no tiene lactosa) nos están vendiendo unos chavistas que están en el partido de Chávez, pero no hablan de sus postulados ni de sus planteamientos políticos a menos que sea de manera genérica o descontextualizada.
Un alcalde, es un vecino de una ciudad que es escogido por el resto de los habitantes, para encargarse de la parte ejecutiva de la administración del poder público municipal a través de un plan de desarrollo local, en concordancia con los planes nacionales. Por lo tanto, su escogencia es localizada y localizante; no necesariamente tiene que haber nacido en el municipio, pero sí necesariamente debería padecer los problemas de la ciudad como espacio urbano. No puede llegar como un mesías a escuchar los padecimientos de los que allí habitan para traer soluciones.
El Winston Vallenillismo, se limita a ofrecer soluciones genéricas (recoger la basura, tapar los huecos, poner la ciudad bonita) pero no habla, por ejemplo, del plan de la nación. Puede ser que cargue encima un folleto con el plan de la patria y lo saque así como en las películas de exorcismos donde el sacerdote le revela un crucifijo al diablo y se lo muestra para espantarlo, pero el winston vallenillista jamás abre el plan para leerlo con los militantes ni dice cómo lo va poner en práctica dentro del municipio.
Los problemas de las ciudades, no terminan con los huecos y la basura. Esas son cosas genéricas que se deben hacer. Es como preguntarle a una persona por su plan de vida y que esta conteste que su plan de vida es cepillarse los dientes y bañarse.
El winston Vallenillismo nacional también considera violento el discurso de Nolia por su excelente análisis de la ley desarme y su incidencia en la indefensión civil a la hora de una invasión gringa con complicidad interna. Ellos consideran que VTV se debe convertir en un canal de entretenimiento donde la periodista de la mañana pase más tiempo combinando el color de las uñas, el lazo, los zapatos y la ropa con el decorado del estudio, que leyendo el plan de la patria. Por eso están poniendo una programación inofensiva y despolitizada que no tenga nada que envidiarle a Venevisión y a Televen a la hora de cretinizar al pueblo. En ese sentido, patean a Alberto Nolia y exaltan los programas matutinos de la televisora estatal donde solamente nos hace falta un tarotista y una sección de chismes para ser idénticamente iguales a “portadas”. Para eso no falta mucho, porque ya el “Ángel Gabriel” un tarotista de la tele, estuvo en un programa de diálogo bolivariano.
Debemos derrotar el winston Vallenillismo a través de la discusión, organización y debate antes de que se convierta en una tendencia generalizada que nos regrese de manera transitoria a una democracia social cristiana como preludio a una democracia neoliberal para lo cual la ultraderecha se está preparando. Si todos somos Chávez, porque Chávez es un pueblo, debemos preguntarnos:
¿Qué haría Chávez frente al Winston Vallenillismo?
Marcos Meléndez
@marcosmelendezm
marcosleonardove@yahoo.com
3 comentarios
Francisco Suàrez. -
mala praxisss en rebolucion -
luis perez -