El Poeta José Joaquin Burgos es apoyado por el Colectivo FRAPOM y la PS Golpe de Timón para el cargo de Cronista de Valencia
El Frente revolcionario Artistico Patria o Muerte (FRAPOM), junto a la Plataforma Socialista Golpe de Timón proponen y apoyan el nombramiento como Cronista de la Ciudad de valencia al Poeta y escritorJosé Joaquín Burgos. Para los valencianos y los artistas sería un orgullo, un homenaje a nuestra historia y una retribución al maestro por tanto amor a estas calles que han sabido pertenecerle.
Como “Pepo” lo conocemos muchos y muchas y en un ánimo familiar lo decimos con energía y ternura, porque José Joaquín, padre de muchas generaciones de escritoras y escritores del país y de esta ciudad, que tiene mucho que agradecerle, es un hombre que mima a cada instante a todos los seres y regala su amistad incondicionalmente. Por años lo hemos visto con una labor sostenida en función de la palabra y su memoria, hombres como José Joaquín hace que las cosas cobren vida y significado propios. Valencia o ha visto crecer en su labor como docente y escritor, pero además como gran conocedor y defensor de nuestra historia local.
Rafael Simón Hurtado, haciendo un mejor esfuerzo por hablarnos del maestro nos regala este artículo : José Joaquín Burgos: “El mayor premio que puede recibir un escritor es la permanencia de su obra en el tiempo” (fragmentos)
José Joaquín Burgos (1932) revive, cada día, en la penumbra de la página, la palabra; y le otorga luminosidad, aun escrita en blanco y negro. Y aunque luego de más de siete décadas su ingenio se ha agudizado por el trabajo desarrollado con disciplina, en su labor se advierte la inquietud de un joven espíritu creador.
Estima que vivirá hasta los cien años, y no se queja por los es (tragos) del tiempo y de la vida.
Burgos es un hombre educado, en el sentido absoluto de la palabra. Es profesor, egresado del Instituto Pedagógico de Caracas, en la especialidad de Castellano, Literatura, Latín y Raíces Griegas, con mención Cum Laude. Desde entonces se empeñó en compartir esa educación con los alumnos del Liceo “Miguel José Sanz”, de Maturín; del liceo “José Vicente de Unda”, de Guanare; del liceo “Pedro Gual”, de Valencia, y de la propia Universidad de Carabobo, adonde ha sido invitado como profesor a cursos de postgrado, maestrías y doctorados. Y en todos aquellos que han seguido sus pasos a lo largo de esta ciudad.
Burgos posee un don: escribe con sencillez y hondura. Ronda de luz, Los días iniciales, Guanare siempre, Unicornio, Guanare Piedraluz, Coromotanías, Piel de sueño, en poesía; Por aquí se escuchan las pisadas del tiempo, discurso; El Pozo del Arcoiris, Torreparque, Don Juan de los Poderes, La ciudad novelada y Las Murallas del reino, en narrativa, son algunos de los títulos con los cuales el escritor ha construido su propia urbe de letras: el lector puede ver en los libros de José Joaquín Burgos las etapas de una dilatada búsqueda de una existencia policéntrica: los muertos propios, el amor, los antepasados, los futuros imposibles, los naufragios. Un viaje literario que ha evolucionado desde un lugar en sombras en donde los sueños existen, hasta el esplendor (…)
La ciudad de Guanare le honrado con la creación del Premio Anual de Literatura “José Joaquín Burgos”, institución literaria y cultural del país.
-El mayor premio que puede recibir un escritor, afirma, es uno que jamás recogerá en vida: la permanencia de su obra en el tiempo. El poeta español Antonio Machado dice que “la poesía es tiempo”. Esto significa que cuando la poesía sobrevive en el tiempo es cuando hay verdadera condición poética. Por eso creo que el mayor premio que puede recibir un escritor es que su obra pueda ser recordada, reconocida y descifrada al cabo de cincuenta o cien años.
“Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir”.
Otras instituciones que han reconocido la obra del poeta son el Orfeón “José Joaquín Burgos”, que congrega a todos los orfeones de los liceos de Guanare, así como el Taller de Arte Popular de esta misma ciudad que también lleva su nombre. Ha recibido igualmente la Orden “Andrés Bello” en su Primera Clase; la Orden “José Vicente de Unda”, “José Antonio Páez” y “Juan José Mora”, todas en su Única Clase.
Pero nada de esto lo ha afectado en su vanidad. Por el contrario, dice que la arrogancia en los creadores es una enfermedad, que con los años puede desaparecer, o agravarse. Es un vicio en la personalidad del escritor.
Digamos, pues, con el poeta Burgos que “la función del escritor es la de narrar, describir, juzgar, refutar, aplaudir o condenar lo que ve o vive; observar sus sueños y los de los demás”.
El escritor deviene en una conciencia que reelabora la realidad. De allí que podríamos expresar con el escritor mexicano Juan Rulfo que “para ver la realidad se necesita mucha imaginación”.
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-Escribir, dice Burgos, es la manera más libre de ver al mundo desde un ángulo particular y a partir de una concepción metafísica individual. Escribir es el derecho de ver nuestro entorno libre e individualmente, aunque tal visión comporte como consecuencia un determinado compromiso social. Otra cosa muy distinta es la radical militancia política del escritor, afirma.
“Desde ese aspecto, dice el poeta, es el hombre, acosado por su sensibilidad social o por sus necesidades materiales, el que se ve estimulado para que la independencia de su labor se brinde al servicio de ciertas causas. En el infinito literario puro, la única dictadura válida es la que proviene de la necesidad liberadora de expresarse”.
La inmortalidad que propone el poeta Burgos no es otra cosa que el deseo válido por trascenderse. No se trata de la gloria de los héroes, se trata de la inmortalidad de la memoria, o mejor, de la inmortalidad como memoria a través de los tiempos: vida perpetua en la memoriosa historia del hombre.
“Es como si al escribir, dice, al tiempo que le damos sentido de inmortalidad a la vida, estamos retrasando nuestra propia muerte, porque buenos o malos, los libros que escribimos nos sobreviven; son el reflejo de nuestro pensamiento, la pasión lúdica de las palabras que quedan. Serán esos libros, en última instancia, el rastro indeleble de nuestro paso por el mundo. La trascendencia es el instrumento con el que cuenta la imaginación del hombre para combatir su postrada condición mortal”.
Todos y cada uno de los seres mortales escogen de una u otra manera su perpetuidad.
José Joaquín Burgos ya escogió la suya: seguir escribiendo.
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Rymili Zao LU -