DEL CARNAVAL CAPITALISTA A LA CELEBRACION SOCIALISTA, HAY MUCHO TRECHO
Hacer la revolución representa un trabajo incansable, donde muchas cosas del pasado deben morir en nuestra práctica diaria. A esa purga constante de antiguos vicios, le llamaremos proceso revolucionario, por ello, se hace necesario caracterizar correctamente las manipulaciones solapadas que giran en torno a nuestra construcción socialista.
Me detengo un poco a pensar leyendo en un periódico de circulación nacional, las ofertas carnestolendas de este año 2009. Ofertas que ahora cogen más ímpetu con la perdida de algunas gobernaciones y alcaldías, hoy en manos de la oposición.
La constelación de estrellas del mercado neo-liberal, aparecen en el menú, desde Olga Tañon pasando por Oscar de León y terminando con la nueva generación de música llanera sonsa y balurda de Scarlett Linares, Ignacio Rondón y otros bobolongos que como se vinieron desde chiquitos para Maracay y nunca han sembrado una mata de maíz, se ven en la penosa necesidad de reproducir, las gazmoñerías de la balada urbana comercial, esto sin dejar por fuera a los reguetoneros de cuyas letras superficiales, solo persiguen idiotizar a nuestros jóvenes y que solo tienen como virtud brincar el mismo día en la tarima chavista y al rato en la tarima de oposición, sin que esto les ocasione, el más mínimo cargo de conciencia.
Ahora tienen todo el derecho a pensar que soy un conservador y otras vainas más, pero por esa situación, incluso apoyada por nuestros gobernadores y alcaldes, se quedan pelando bola, nuestros cantores populares, que por cierto son muy buenos, divertidos, sanos y talentosos. No podemos seguir con esa predica de que nuestros cantores son aburridos y a la gente no les gusta, si estamos comprometidos con la revolución, no debemos temer que al principio haya poca gente, cuando a todos luces estamos en un proceso de construcción, que requiere de tiempo y trabajo, no debemos caer en la trampa pueril de convertir al carnaval en una competencia de gestión. El que vaya o no vaya gente a tu carnaval no es garantía de buena gestión, lo que solo garantizará es una cosa: un excesivo gasto en contraposición a las verdaderas necesidades del pueblo que aunque asista y pegue gritos, al final, sacará la cuenta del derroche por causa del banal festín.
Sin embargo hay unos que para protegerse, meten algunos artistas nuestros, estos incluidos tendrán que conformarse con el pago impuesto por la organización contratada por una gobernación o una alcaldía, la razón se circunscribe, a no estar publicitado por los canales que paradójicamente atacan vorazmente la revolución, pero en cambio los artistas comerciales que promueven la promiscuidad, banalizan el amor y colocan a la mujer como un objeto sexual, esos serán objeto de buen trato, buena comida y excelente pago.
El poder se reduce a razón y fuerza, cada vez que estimulamos los valores capitalistas, fortalecemos al enemigo, no es al revés, nadie asiste a estos bonches y después sale gritando ¡viva la revolución Bolivariana!, después de estos aquelarres verbenarios, solo se legitima la propuesta de consumo de los canales comerciales y lastimamos lo poco o lo mucho que estemos haciendo por el socialismo, si yo no estuviera en lo cierto, porque los canales comerciales no impulsan a grupos como “Dame pa’ mátala, Sandino Primera, Buena Fe, Skap, Hanoi, Evio di Marzo o la infinidad de grupos de todos lo ritmos que hay en la provincias de cuyas letras hay un llamamiento a la paz, al amor solidario, incluso al bailes alegres y reflexivos. Estos grupos económicos si son radicales y no están con pendejadas para cerrarles el paso a nuestros cantores que levantan la bandera del socialismo. En cambio los falsos revolucionarios, haciendo gala de su poca conciencia de clases, corren a premiar lo vulgar y chabacano.
Parte de mi preocupación es que lo mismo está pasando con el sistema de orquesta juveniles y los juegos nacionales deportivos. Da escalofríos, observar como la forma supera al contenido. La política mediática que se le ha hecho a estas organizaciones están muy lejos de ser socialistas, le han sembrado al pueblo que cualquiera puede tener su Dudamelito en la casa, dándole una sobrestimación a la música sinfónica y para variar haciendo sentir como menos que una cosa, a los cantores populares, porque pareciera ser, que el que toca música sinfónica se puede alejar de las drogas y del ocio, mientras el que se dedique a la música popular es proclive a ser un don nadie. Un ejemplo parecido sucede con los juegos nacionales, donde la alta competencia sustituyó las iniciativas populares y redujo al deporte a una simple medalla o trofeo.
Si seguimos permitiendo que el neo-liberalismo se adueñe de todos nuestros espacios, nunca más saborearemos el placer de celebrar en colectivo y nuestras vidas, se convertirán en una estúpida competencia, donde el único ganador será la oferta y la demanda.
Guillermo Vizcaya
3 comentarios
Richard -
Luis Ricardo Delgado -
Vielsi -
comparto en gran parte lo que planteas en tus reflexiones. Pero quiero apuntar dos cosas:
1. Creo que un tipo de crítica como esta debe estar dirigida con nombre y apellido, cuando te refieres a "Estos grupos económicos" a quien te refieres. Quienes son: ¿Los alcaldes y gobernadores bolivarianos, las empresas del Estado, las instituciones del Estado?. creo que es importante señalar si se trata de falsos y traidores, quienes son2.Con respecto a lo que planteas de los talentos deportivos y culturales del país, (que han recibido un gran despliegue publicitario) creo que es válido que el gobierno internacionalmente y nacionalmente exponga sus logros. Aunque suene feo, es parte de lo que vende el Estado como opción política, como nuevo sistema político. Por ejemplo Cuba es uno de los países del mundo con más atletas de alta competencia e internacionalemnte se presenta así. Si de lo que se trata es de darle mayor impulso a nuestros artistas populares, no creo que tengamos que apaciguar el trabajo "academico" de la cultura elitesca bolivariana. En todo caso, es trabajo nuestro y del ESTADO REVOLUCIONARIO, emprender esa lucha. Hasta ahora se han hecho esfuerzos de parte del gobierno y las pero no es suficiente.
la gran pregunta:
QUÉ HACER, Cómo.
La discusión es larga y tendida, un abrazo fraterno...